31 mayo 2010

SEMINARIO INFANCIA, JUVENTUD Y EXCLUSIÓN SOCIAL/ Cuadernos (I), por Jon Etxeberría

Hace ahora un año estábamos en Québec (Canadá) en un encuentro internacional con educadores organizado por la Red Internacional de Trabajadores Sociales de Calle (www.trabajo-de-calle.net). En una de las reuniones, todavía bajo los efectos del jetlag decidimos organizar en Pamplona el siguiente encuentro. Y aquí estamos, en las puertas de una actividad estimulante y compleja, interesante y llena de sutilezas. Los nervios empiezan a aflorar, recibimos confirmaciones de vuelos, inscripciones, resúmenes de ponencias, apoyos, materiales… ubicamos sobre un papel a la gente en sus habitaciones, organizamos la bienvenida en aeropuertos y estaciones, ultimamos los detalles de la traducción, vigilamos la nube volcánica, intentamos conseguir visados, ponemos en relación fuerzas y energías diversas…

Para nosotros representa todo un reto hablar en una plaza pública sobre la educación de niños y jóvenes en espacios no-formales (es decir una educación no escolar, organizada en contextos comunitarios en el medio de vida de los chavales). Creemos que la educación no-formal es una buena fórmula para luchar contra la desigualdad y la exclusión social, en definitiva, una estrategia de largo aliento para construir ciudadanía.

Educadores de veintitantos países vendrán a compartir con nosotros (educadores de Navarra y de otras regiones) sus fortalezas y sus dudas, sus éxitos y sus dificultades en el trabajo socioeducativo con niños y jóvenes. No queremos ser cirujanos sociales, sino agentes de desarrollo que colaboran en los itinerarios de vida de los más pequeños. Y eso nos obliga a pensar mucho juntos, a poner en cuestión todos los días lo que hacemos, a ver a los otros como sujetos de derechos y a reclamar apoyos públicos para este tipo de prácticas.

Comienzan los nervios, logísticos por un lado, pero también sentimentales. Volveremos a encontrarnos personas que vivimos en mundos distintos (aunque todos están en este) y que a pesar de las lejanías vamos sujetos a una misma cuerda. Una cuerda que nos da pertenencia, información, conocimiento, afecto, fuerza, y conciencia. Vamos unidos por una cuerda fina pero flexible, que nos permite comprender un poco mejor esto de la globalización, y darnos apoyo e inspirarnos unos a otros. Es una cuerda que atraviesa países y que permite en el nivel local ampliar las relaciones. Una cuerda que se va entrelazando hasta formar una red tupida y asimétrica.

Nervios logísticos y sentimentales. Y también nervios escénicos. Hemos hecho un largo trabajo de información sobre el seminario y sobre la red, hemos hablado a unos y a otros de lo interesantes que son unos y otros. Muchas organizaciones navarras (y de otras regiones) se han implicado en esta organización, los educadores extranjeros se han pagado sus billetes para estar aquí. Las expectativas son altas por tanto. Nervios de altura. Unos y otros se conocerán, se darán la mano. Los nervios del primer encuentro.

En la intimidad de la redacción (que se verá solapada por el exhibicionismo del blog), uno ve las cosas con una cierta nebulosa. Repaso las tareas, los días que quedan, las maneras de hacer lo más eficientes tantos esfuerzos puestos en marcha.
Dormido, hago listas de invitados y de temas, traduzco a idiomas extraños ponencias imaginadas.
Bienvenidos a esta nueva obsesión, a esta Babel de educadores, a este viaje de ida y vuelta.

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