25 junio 2010

Jon Etxeberria/ Conclusiones del XIV Seminario Internacional 'Infancia, juventud y exclusión social'


El domingo tomó el avión el último pasajero de esta semana intensa. Después de las Jornadas Abiertas se reunió el Grupo Piloto de la Red Internacional de Trabajadores Sociales de Calle. Aprobamos nuevas adhesiones y ya nos ponemos en 42 talleres de educadores de 42 países distintos. Incluso a última hora, se confirma que un grupo chino va a solicitar la adhesión… cada vez somos más, esto se complejiza, pero vamos avanzando. Hablamos de cómo estructurarnos mejor, cada uno según su mapa mental y cultural, hablamos de la próxima cita en Bruselas, la última semana de octubre… se concreta más el programa, se corrigen ideas, ya se puede apuntar todo el mundo a ése encuentro. ¡Se esperan más de 400 educadores!
Los colegas de los demás países nos felicitan por las jornadas y por la organización: están contentos, bien comidos, agradecidos por el trato y satisfechos con el trabajo en red y en equipo que han visto. Han agradecido especialmente las visitas a los proyectos.
He dormido más de lo habitual, como en una extraña resaca, he visto pasar momentos y conversaciones de estos días lluviosos y densos en los que hemos consolidado los lazos, en los que hemos aumentado nuestros proyectos en común.
Colgaremos las conclusiones en la web, generaremos un documento con algo de lo dicho y escuchado en estos días.
Felicidades a todos. Nos vemos en Bruselas.



- ¿cuál es la valoración general que realizas del seminario?
En primer lugar estamos satisfechos por el grado de participación: en un contexto de crisis y en un momento de especial dificultad para conseguir visados, hemos logrado acoger a 25 personas de 19 países distintos que han logrado financiar sus viajes. Además, 120 personas de diferentes regiones han participado en la Jornadas Abiertas y hemos logrado diversos apoyos económicos y logísticos para que todo esto haya sido posible. Con todo esto, y con una organización en general satisfactoria, consideramos que las reflexiones compartidas han sido muy interesantes, que ha habido momentos para que la gente se conozca y se conecte, y que los trabajos de los coordinadores de la Red Internacional de Trabajadores Sociales han servido para seguir consolidando nuestra estructura. Ha sido un paso para el Foro de Bruselas que reunirá en octubre a más de 400 educadores de todo el mundo y que elevará recomendaciones a la Comisión y al Parlamento Europeo.

- ¿Qué cuestiones/aspectos importantes, en tu opinión, se abordaron los días 15 y 16?
Digamos que muchos de los educadores participantes llevan tiempo pensando y construyendo teoría desde la práctica. Las propuestas o reflexiones son en general basadas en la relación con la gente, en la experimentación y en la falta de prejuicios, por lo que no hay dogmas que defender, sino prácticas que mejorar. Podemos destacar algunos temas que han atravesado las jornadas: el reto que supone la crisis, la necesidad de implementar e incrementar las propuestas de educación no-formal, realizar una educación social basada en los derechos de las personas no es sus problemas o síntomas; hablar de educación es hablar de política con P mayúscula, esto es, hablar de desigualdad, de la pobreza y de la riqueza, no culpabilizar al que atraviesa una mala situación sino hacer lecturas sistémicas…. Hemos hablado de prácticas que intentan tener contar con las personas, que intentan ayudarlas desde la relación y el respeto, no desde la criminalización o el moralismo. Destacamos también que los niños y jóvenes no tienen sus derechos asegurados, que merece la pena invertir en ellos, que la crisis no puede ser un pretexto, que hay que ser autocríticos, que tenemos que aprender a contar mejor lo que hacemos en la invisibilidad, y que conectarnos en redes y retículas más que algo interesante es algo vital.

- ¿Qué reflexiones o conclusiones destacarías de lo oído en Civican?
-Debemos de hablar más de derechos y de promover la felicidad, que de riesgos o de problemáticas o de síntomas.
-La educación no-formal, la educación de calle con personas vulnerables (en riesgo de exclusión,…), es en parte un trabajo invisible. Pero debemos aprender a contarlo, respetando a las personas, y la confidencialidad de sus historias, pero explicando y poniendo en valor estos procesos.
-La crisis lleva mucho tiempo para algunas personas. Hay que demostrar la “rentabilidad” de los programas de prevención, de las acciones que promueven y protegen a la infancia. Y además de la productividad de lo invertido, la educación no-formal debe estar en la agenda, como lo está la escuela.
-La diferencia entre países y entre contextos socioeconómicos es notable. No están en juego las mismas cosas ni las injusticias son iguales. Pero comprobamos que los retos son similares, que podemos aprender unos de otros, que los procesos sociales y educativas son cambiantes, que van y vienen, que la mundialización nos hace mucho más permeables y vulnerables. Llamamos la atención sobre la difícil situación de algunos compañeros, que reciben amenazas y frenos por el desarrollo de su oficio.


- ¿Por qué ha sido importante?
Ha sido importante por la riqueza de voces y de experiencias, por la disponibilidad de los participantes, por las ganas de interconectarse y de hacer “cuerpo” de todos, por la variedad de países, por el cruce de historias profesionales, porque en un contexto complicado (recortes por la crisis y más gente en riesgo de exclusión por la crisis) la apuesta de reunirse, pensar juntos, e intentar, en el contrate con otros, mejorar el trabajo que hacemos.

- ¿Qué han aportado los ponentes extranjeros al seminario y al trabajo que desarrollan los profesionales de aquí?
Como decimos, en el contexto de globalización en el que nos encontramos, los procesos son similares en todas partes. Las modas sociales, las tendencias de psiquiatrización de la infancia, la estigmatización de las poblaciones excluidas, el tratamiento de los síntomas y no tanto de los derechos… Sin embargo, creo que lo que nos aportan los educadores foráneos son diferentes historias profesionales, otras maneras de construir las reflexiones, otra mirada, nuevas soluciones, situaciones terribles con enormes posibilidades y a menudo las mismas cosas dichas en otro idioma: y esa traducción nos aporta nueva información. La red nos ha traído aire, oxígeno, optimismo, y un lugar el mundo…

0 comentarios:

Publicar un comentario