12 abril 2016

El papel de la soledad

Me desperté en medio del desierto, estaba amaneciendo y me senté en la arena… cuando sentí un fuerte dolor de tripa. Pensé que era simplemente un dolor por deshidratación, pero no, pasaban los días y el dolor iba aumentando, yo estaba sólo y no sabía que hacia allí…

Al ver que no se me iban dolores decidí avanzar hacia delante, sin saber a dónde llegaría… Estaba tirado en la arena cuando de repente un fuerte viento arrastrando la arena hacia mi cara me cubrió. Cuando este pasó veía borroso pero cada vez se me iba aclarando la vista.

Sabía que tenía que continuar, aunque el calor era sofocante y el cansancio cada vez era mayor… La desesperación aumentaba porque seguía solo, no había nadie, seguí con mi lucha sin obtener resultados, hasta que me di cuenta que no podía hacer mucho más, así que me paré, descansé y dejé que la noche pasara pensando que algo bueno iba a pasar y todo esto iba a mejorar.

Al despertar me encontré en una aldea, limpio, en una cama, y rodeado de gente ayudándome… Se pusieron muy contentos al verme despertar…

Al final gran experiencia de la que aprendí muchas cosas, que no hay que estar constante mente luchando para buscar una solución, que la soledad puede ser buena si sabes estar contigo mismo y lo bueno que es recibir la ayuda y el cuidado de los demás.

M.C.

Éste ha sido el trabajo ganador de la categoría infantil del Concurso de MicroRelatos 2016


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