22 enero 2014

MIKRO-RELATOS I Ganador segunda categoría


Éste es el relato ganador de la segunda categoría (de 13 a 18 años) del concurso de Micro-Relatos puesto en marha por Asociación Navarra Nuevo Futuro en 2013. Su autor escribe bajo el pseudónimo de Christopher y tiene 13 años.


De repente vio un objeto extraño en el cielo que parecía un balón de de cuero blanco y negro y tan grande como un planeta; echaba fuego y vi que destruyó casas y coches. Me sentí como un lobo suelto por el bosque. Corría y gritaba sin pasar; el miedo corrió conmigo. Fui a mi casa y estaba destrozada, entonces decidí correr hacia el pueblo y solo encontré a los lobos ya un zombi que de repente se presentó.-Me llamo Cara Sangre-, dijo el zombi ¿puedo ayudarte en algo?-verás-, le contesté, estoy asustado y no sé qué demonios pasa…

Cara Sangre era un zombi simpatiquísimo, que se mostró encantadísimo en ayudarme, cuando sonreía, de las concavidades de los ojos le salían gusanos de colores muy alegres que le hacía parecer muy simpático, nada que ver con los zombis de las películas.
Al instante sentimos el suelo temblar y a lo lejos descubrimos que se acercaba a nosotros un monstruo temible que había destrozado numerosas ciudades. Tenía cuatro enormes cabezas de las que escupía grades nubes de fuego hacia todos los lados. Cara sangre me dijo como podíamos acabar con tan enorme criatura. Me explicó que en el pueblo todavía quedaba una casa en pie, era la casa de la señora Eusebia, en el sótano había una llave inglesa con increíbles poderes mágicos. Teníamos que llegar antes de que el monstruo la destruyera con una de esas temibles nubes de fuego. Uno de los poderes de la llave inglesa mágica era el de poder rebotar las llamaradas contra cada una de las cabezas del monstruo y reducirlo al tamaño de un insignificante insecto.
Cara Sangre consiguió despistar al monstruo echando miles y miles de gusano de colores mientras yo iba al sótano de la señora Eusebia. Llamé a la puerta, pero nadie contestó, conseguí entrar por la ventana, la señora Eusebia no estaba, es probable que estuviera desaparecida. Bajé al sótano y busqué por cada rincón y después de un buen rato encontré la llave inglesa mágica entre dos cajas de cartón.
Salí corriendo en busca de Cara Sangre, lo encontré tirado en el suelo sin sentido, justo cuando el monstruo iba a echar una de sus enormes nubes de fuego sobre él, en ese instante saqué la llave inglesa que al momento el monstruo reconoció; sus cuatro cabezas se prepararon para escupir una inmensa nube de fuego sobre mí y entonces yo… abrí los ojos, entró un educador por la puerta, subió las persienas y me dijo, buenos días Cristian… ¡hoy puede ser un gran día!

0 comentarios:

Publicar un comentario